En la estación de otoño del año hay cuatro Días Santos anuales más que completan, en tipo, el resto del Plan de Dios. El primero de estos es descrito en Levítico 23:23-25, y es llamado la Fiesta de Trompetas. Moisés se refirió a ésta como “una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación”. Al igual que en los otros días de reposo de Yahuwah, el mandato explica que ningún “trabajo de siervos” es permitido en este día.
He aquí lo que Pablo escribió acerca del significado de Trompetas. Él está describiendo el mismísimo momento del Regreso de Cristo:
“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (I Corintios 15:51-52).
I Tesalonicenses 4:14-17 también habla de este mismo evento y usa el término “trompeta de Dios”.
En el libro de Apocalipsis, Juan registra en detalle acerca de siete ángeles tocando siete trompetas diferentes (capítulos 8-9), las cuales tienen un impacto catastrófico en el planeta.
El capítulo 11 describe el sonar de la séptima trompeta, y lo que ésta significa para todas las naciones. Note la descripción de Juan de este glorioso momento y de lo que éste significa – de cómo el más grande momento singular de la historia es cumplido: “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra. Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo” (11:15-19).
Esta es una profecía asombrosa. Las implicaciones para los habitantes de la tierra van más allá de las palabras. Este es el momento en el cual Cristo expande Su Plan de redención más allá de las pocas primicias con las que Él ha estado trabajando y a las cuales ha estado entrenando por los últimos 6,000 años aproximadamente. No es sorpresa que Nehemías 8:2, 9-12 describa este día históricamente, como uno celebrado con gran gozo y regocijo.
Pero, tal como lo explica la profecía, las naciones de la tierra estarán enojadas porque no estarán preparadas para, ni comprenderán lo que esté sucediendo. Sin embargo, es en este tiempo que Cristo comenzará el trabajo de reunir y regresar al remanente de Su pueblo Israel a su tierra, y a “reedificar el tabernáculo de David” (Hechos 15:16).
Los ministros de este mundo han fracasado profundamente en su responsabilidad de enseñarles a las naciones del mundo la preciosa verdad de Yahuwah. ¡Ellos han engañado y mentido a las masas con falsas doctrinas y fuertes malentendidos del propósito supremo del Creador!
La totalidad de Ezequiel 34 describe las acciones del “ministerio” colectivo de este mundo, el cual se sirve a sí mismo mientras dice representar a Dios. Este capítulo concluye con una descripción de cómo David será resucitado y colocado sobre las tribus de Israel. Sin embargo, un mundo engañado e ignorante estará completamente confundido al Regreso de Cristo y no reconocerá que Él está a punto de imponer — de forzar literalmente — la paz mundial sobre todas las naciones.
He aquí cómo Isaías describe el cumplimiento de la Fiesta de Trompetas — y que ésta señala que Cristo reunirá el remanente de Su pueblo: “Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán al Eterno en el monte santo, en Jerusalén” (Isaías 27:13).
Esta profecía involucra mucho más que un regreso de judíos a Palestina. Los “Sionistas” modernos disminuyen terriblemente el vasto alcance de esta profecía al restringirla a los judíos en esta forma. Cristo reunirá a todas las doce tribus de Israel moderno, las cuales estarán entonces en cautiverio, y las llevará a su tierra.
Aunque no podemos estar seguros, el Regreso de Cristo puede incluso ocurrir en el día de la Fiesta de Trompetas. Él fue crucificado en la Pascua y el Espíritu Santo fue dado, en cumplimiento de Joel 2:28-29, en el día de Pentecostés. Ciertamente es posible que Cristo pueda regresar en el día de Trompetas — y todos aquellos que no lo estén guardando, quienes hayan ignorado Su instrucción de “velar” (Lucas 21:36), se perderán este grandioso evento mundial. A todos se les advierte que mantengan en mente esta posibilidad real a medida que se preparan para el final de esta era.
Enfatizamos que esta fiesta no se limita solo al regreso de los judíos a Palestina, sino que implica la reunión de todas las tribus de Israel moderno, que están en cautiverio, es decir aquellos que no han salido aún de la Babilonia espiritual. Además, el regreso de Cristo podría ocurrir en el día de la Fiesta de Trompetas, por lo que se insta a las personas a estar vigilantes y preparadas para este evento trascendental.
En última instancia, ésta breve meditación nos recuerda la importancia de comprender y estar atentos a los eventos proféticos, y cómo estos pueden tener un impacto significativo en el futuro de la humanidad.
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